Dorothea Lange

1. La fotógrafa del pueblo.

Dorothea Lange dedicó su carrera a documentar los márgenes de la sociedad y registrar la miseria que escondía la Norteamérica de los 50. Son muchos los que afirman que su trabajo fotográfico no solo transformó la historia de su país, sino que visibilizó y le dio voz a minorías antes ignoradas. Siempre defendió la fotografía como herramienta promotora de cambios sociales.

Nieta de migrantes alemanes que habían llegado a Estados Unidos a inicios del siglo XIX, Lange fue una de las iniciadoras del documentalismo social. En 1936 realizó la fotografía que inmortalizó su nombre para siempre: el retrato de Florence Owens Thompson, una mujer nativo americana de 32 años. El rostro de esta mujer, trabajadora de un campo agrícola del poblado de San Luis Obispo, California, se convirtió en el icono de una época.

Florence Owens Thompson

Lange trabajaba para la Administración de Seguridad Agrícola, creada como parte del «New Deal» para intentar revertir los daños de la Gran Depresión del 29. Su tarea era documentar migrantes y granjeros colaborarando con los medios de comunicación en difundir los esfuerzos del gobierno por reconstruir un país empobrecido por la crisis económica. Durante los cinco años que trabajó para la FSA fotografió las marchas de jornaleros que dejaban Oklahoma, Arkansas y otras regiones debastadas del Sur en busca de trabajo en los campos californianos.

Dorothea Margarette Nutzhorn, verdadero nombre de Lange, apellido de su madre, nació un 25 de mayo de 1895 en Hoboken, EEUU. Sufrió poliomielitis con siete años, enfermedad de la que le quedaron algunas secuelas, entre ellas malformaciones en los pies. Aprendió la profesión con el gran Clarence H. White en Manhattan y frecuentó el Grupo f/64 en sus comienzos. En 1918 se mudó a San Francisco donde entró a trabajar en una tienda de fotografía, se casó con el pintor Maynard Dixon, tuvo dos hijos y, en su taller, retrató a las familias judías pudientes de la ciudad, además de otros artistas. La crisis de 1929 transformaría su país, y su trabajo como reportera marcaría definitivamente la identidad de su trabajo. Lange no podía dejar de mirar las colas de hambrientos que hacían fila debajo de su ventana. Un día cogió su Graflex y salió de casa. Abandonó el cómodo refugio del estudio para contar las verdaderas consecuencias de la Gran Depresión norteamericana; el sufrimiento de sus conciudadanos tras el desastre económico de la década de los años 20 y 30.

Una de las características presentes en casi toda su carrera es su fantástica habilidad para llegar al espectador. Sus fotografías comparten su mirada digna y limpia pero ganan en humanidad. Son cercanas, nacidas de una conciencia social y de su propia superación. Fue la primera mujer que expuso individualmente en el MoMA en 1965. Lange se convirtió así en una de las pioneras del fotoperiodismo y la fotografía documental. Sus pies de fotos eran tan importantes como sus imágenes. Por algo la exposición del MoMA se llama «Words & Pictures». «Todas las fotografías, no solo las llamadas documentales, pueden fortalecerse con las palabras», decía. La dimensión literaria de su obra aporta mucho a la visual.

Señalar también su trabajo sobre los campos de internamiento de ciudadanos norteamericanos de origen japonés durante el periodo de la segunda Guerra Mundial, y que, en su momento, fue censurado. Puso al descubierto las miserias conspirativas de las élites del poder de su país. Fue un ejemplo de superación en lo personal y en lo profesional, huyendo de los estereotipos de una época convulsa y oscura que buscaba preservar el sueño americano.

D. Lange Digital Archive

Dorothea sufrió durante toda su vida de una débil salud y murió de cáncer a los 70 años. Robert Frank le rindió su particular homenaje en The Americans, el libro que le hizo famoso, donde quiso demostrar su adoración por Dorothea disparando desde el mismo ángulo una de sus imágenes de la autopista de Nuevo México. Exactamente como lo había hecho Lange años antes para An American Exodus.

«No he sido consciente de mi carrera profesional, me he dejado llevar por mi instinto y por un compromiso conmigo misma».

2. Fotografía humanitaria

Hay fotograf@s que no sólo persiguen una historia y una buena imagen. Van más allá de lo meramente documental, marcan una diferencia centrándose en realzar la dignidad del ser humano en situaciones adversas. Esther Havens, Lisa Kristine, Karl Grobl, el proyecto Sonda Internacional o Ana Palacios son una muestra del legado fotográfico de Dorothea Lange.

Imagen: Ana Palacios, proyecto «Arte en Movimiento» en la Exposición «Comprometidos»

GALERIA

La Historia es un compendio de migraciones desde sus inicios. Detrás de cada éxodo hay crónicas que nos aproximan a realidades de travesías, huidas, sueños y esperanzas. Este es el relato de Licky que abandonó Senegal hace tres años después de un largo periplo. Hoy es un miembro más de nuestra comunidad, donde afirma no haberse sentido en ningún momento discriminado.

La Partida

(Fotos María Varela)

La Tierra Prometida

(Fotos Ana Tomé)

Recomendamos: «Dorothea Lange: A Life Beyond Limits»